Menos productos, mejores resultados: la base de una buena rutina facial
- Marta Bellmont
- hace 12 horas
- 3 Min. de lectura
¿Pasos imposibles para cuidar tu piel? Una buena rutina facial solo requiere dos bien hechos: limpiar correctamente y aplicar una crema que responda a las necesidades de tu piel. Hoy te contamos cómo hacerlo paso a paso, con algunas propuestas delicadas y veganas como las de Nasei, para que tu rutina facial sea un verdadero gesto de bienestar.
LA LIMPIEZA, EL CORAZÓN DE CUALQUIER RUTINA FACIAL
No importa cuántos activos contenga una crema si la piel no está perfectamente limpia. Los restos de maquillaje, el protector solar, la contaminación y la grasa impiden que los ingredientes penetren y hagan su trabajo.

Lo ideal es limpiar el rostro dos veces al día, mañana y noche, con un producto suave que respete el equilibrio cutáneo. Puedes elegir entre estos productos de Nasei:
LECHE LIMPIADORA DE ALMENDRAS DULCES Y MEJORANA
Una fórmula suave que limpia y calma la piel al mismo tiempo, perfecta incluso si tienes piel sensible.

BÁLSAMO LIMPIADOR DE OLIVA Y EUCALIPTO
Con textura nutritiva, disuelve impurezas profundas y maquillaje resistente al agua sin agredir.

Independientemente del producto que elijas, masajea suavemente en círculos y aclara siempre con agua tibia. En la limpieza matinal se eliminan toxinas y se despierta la piel; por la noche, se retiran las impurezas acumuladas durante el día. Tras aclarar con agua templada, conviene secar el rostro sin frotar, mediante pequeños toques con una toalla limpia.
Una piel correctamente limpia queda preparada para recibir la hidratación, absorbe mejor los activos y se mantiene más luminosa y confortable a lo largo del día.
HIDRATAR Y NUTRIR CON UNA CREMA ADAPTADA
Aquí es donde muchas personas dudan: ¿piel seca, mixta, sensible, deshidratada? La clave está en elegir una crema con una formulación equilibrada que aporte hidratación y nutrición sin sobrecargar.
La CREMA FACIAL HIDRATANTE DE GERANIO, LAVANDA Y ROSA de Nasei está formulada precisamente con ese objetivo. Se trata de una crema multifuncional que se adapta a prácticamente cualquier tipo de piel, aportando confort inmediato y cuidado duradero. Su textura se integra con facilidad, hidrata en profundidad sin resultar pesada y calma sin crear sensación oclusiva.

¿Qué la hace diferente?
Sin agua añadida: el agua se sustituye por jugo de aloe fresco andaluz, rico en minerales y con efecto calmante y refrescante.
Hidrolato de rosa de Murcia, que suaviza la piel y ayuda a mantener la hidratación estable durante horas.
Aceite de almendras dulces alicantino, fuente natural de vitaminas A, E y del grupo B, que refuerzan la barrera cutánea y aportan nutrición prolongada.
El resultado es una piel más elástica, equilibrada y confortable desde las primeras aplicaciones.
UN GESTO DIARIO QUE SE CONVIERTE EN RITUAL
Aplicar la crema es el momento final de la rutina y también el más sensorial. Basta con tomar una pequeña cantidad, calentarla entre las manos y extenderla sobre el rostro y el cuello con movimientos suaves y ascendentes. Dedicar unos segundos a este gesto transforma un cuidado básico en un pequeño ritual de bienestar.

Por la mañana:
Limpia tu rostro con leche o bálsamo limpiador.
Tonifica si lo deseas (con un hidrolato o tónico suave).
Aplica tu crema hidratante.
Termina con protección solar si vas a salir.
Por la noche:
Desmaquilla y limpia a fondo (bálsamo o leche).
Aclara y deja la piel fresca.
Aplica tu crema hidratante para nutrir durante el descanso.

























